Los Nopales Morados de la Zona del Silencio, Durango: Un Maravilloso Fenómeno Natural

En la vastedad de la Zona del Silencio en Durango, México, se encuentra una maravilla de la naturaleza que desafía los colores convencionales.
Nopales Morados en la Zona del Silencio en Durango

Estos nopales morados, originarios de la región, han captado la atención de muchos, y te sorprenderá saber que su vibrante tonalidad no es resultado de la edición fotográfica, sino un fenómeno completamente natural.

Los nopales, en su mayoría, son conocidos por su característico verde. Estas cactáceas, que albergan una sabia densa y transparente, crecen en diversas áreas del país, aportando una rica textura y un sabor único, además de ser una fuente saludable de fibra soluble.

¿Por Qué Algunos Nopales Cambian de Color?

La inusual variedad morada de estos nopales, conocida como Opuntia violacea, macrocentra y gosseliniana, ha sorprendido a los observadores de la naturaleza.

Contrariamente a lo que se podría pensar, este color no es una expresión caprichosa de la naturaleza, sino una respuesta directa a la falta de agua.

La bióloga Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Ecología de la UNAM, explica que cuando estas plantas enfrentan una deficiencia de agua, sus pigmentos se modifican, sustituyendo la clorofila con carotenoides, lo que les da ese tono morado tan distintivo.

“Como todas las plantas, tiene clorofila y cloroplastos, pero estos se van sustituyendo por otros pigmentos que le dan ese color cuando no recibe suficiente agua”,

Gabriela Jiménez Casas

El Encanto de la Zona del Silencio: Hogar de los Nopales Morados

La Reserva de la Biósfera de Mapimí, un lugar desértico que adquirió notoriedad tras la caída de un satélite artificial en los años setenta, es el hábitat de estas maravillas moradas.

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La Zona del Silencio, ubicada en Durango, México, alberga una diversidad de vida sorprendente. Las condiciones extremas y la falta de agua desencadenan cambios fisiológicos en estos nopales, otorgándoles su asombrosa coloración.

La bióloga Jiménez explica que este “rubor natural” es una señal visible del estrés hídrico que enfrentan estas plantas resilientes.

La biodiversidad mexicana no deja de sorprender, y estos nopales morados son un testimonio vivo.

Aunque su apariencia puede cambiar debido a la falta de agua, estas especies no están en peligro gracias a su capacidad para reproducirse en colonias. Alcanzando alturas impresionantes y floreciendo en otoño, estos cactus añaden un toque único a la diversidad natural de México.

Además, estas variedades moradas son comestibles, lo que destaca la versatilidad y el valor nutricional que ofrecen al mundo culinario.

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