Dolores Asúnsolo López Negrete (Dolores del Río) es y será recordada como una de las grandes estrellas
Dolores Asúnsolo López Negrete, mejor conocida como Dolores del Río, fue un ícono de la época del cine de oro nacional. Con una trayectoria artística de más de 40 años, es una de las divas del cine nacional y figura artística a nivel internacional.
Dolores del Río nació en Durango, el 4 de agosto de 1904, a pesar que parte que su infancia la pasó en plena Revolución Mexicana, pudo tener una vida estable, tener educación e iniciar su carrera artística desde joven, pues era sobrina del expresidente Fco. I. Madero.
Dolores del Río es reconocida mundialmente por haber participado en cerca de 450 películas, en 34 de ellas, Dolores tuvo el papel protagónico y fueron firmadas en la meca del cine mundial, Hollywood.
Entre sus películas más exitosas está What Price Glory?, con la cual gana el premio “WAMPAS Baby Stars” (de la Western Association of Motion Picture Advertisers); filme con el que se abrió camino en el mundo del espectáculo internacional.
Sus éxitos en pantalla grande siguieron hasta que en 1928, siendo protagonista de Ramona, llega al público internacional por su excelente actuación y voz, pues fue la primera película estadounidense con efectos de sonido.
La estrella duranguense es una de las épocas artistas latinas que trabajó con la leyenda del rock, Elvis Presley, y su cara llegó a ser tan reconocida que se dice que cuando inició el rodaje de Estrella de fuego, en el año de 1960, el rey del rock llegó con un ramo de flores y le dijo: “Señora, yo sé perfectamente quién es usted.
Es un honor trabajar con una de las leyendas más grandes y respetadas del Hollywood clásico. Como usted va a ser mi madre en la película, quiero pedirle permiso para que mi oftalmólogo me haga unos lentes de contacto que imiten el color de sus ojos”.
Dolores y su bella cara con cejas depiladas y pequeños labios ya había llamado la atención de artistas como su amigo Diego Rivera, José Clemente Orozco y Miguel Covarrubias, por lo que decidió regresar a México y reiniciar su carrera aquí, en 1943. Desde su primer trabajo en México triunfa protagonizando Flor Silvestre, de Emilio “El Indio” Fernández.
Dolores del Río fue mucho más que una cara bonita. Su talento como actriz fue ampliamente reconocido por críticos y público por igual. En sus películas, la actriz demostró una gran capacidad para transmitir emociones y para crear personajes complejos y profundos. Su talento le valió múltiples reconocimientos, entre ellos el premio Ariel, que recibió en tres ocasiones por su trabajo en películas como Las abandonadas (1944) y Doña Perfecta (1951).
Dolores del Río será siempre recordada a nivel nacional e internacional como un ícono de la belleza y cultura mexicana.
Dolores del Río murió el 11 de abril de 1983 en California, Estados Unidos, debido a que sufría de osteomielitis y hepatitis B, por lo que tenía que ser inyectada con vitaminas; lamentablemente, una de las inyecciones estaba contaminada. Ese mismo día había recibido la invitación para ser la presentadora de los Premios Óscar.
En Durango, se encuentra un museo dedicado a su vida y obra, el Museo Dolores del Río, que cuenta con una importante colección de fotografías, carteles y objetos personales de la actriz.
La figura de Dolores del Río sigue siendo importante para la cultura y la historia de México. Su legado como actriz, activista social y defensora de los derechos de la comunidad latina en Estados Unidos es una inspiración para muchas personas en todo el mundo. Su compromiso con las causas sociales y su talento como actriz la convierten en un referente del cine y la cultura mexicana.